Actualmente estamos inmersos en una costumbre e ideología de papeleo sin sentido. Pero no podemos dejar de poner atención a la necesidad de celebrar contratos. Nuestra legislación contempla la posibilidad de celebrar contratos de forma verbal. Sin embargo, aún exige para algunos actos que se lleve a cabo el acuerdo por escrito. Las 4 razones para hacer un contrato son:
- Dar formalidad al compromiso que asumen las partes para cumplir las obligaciones al realizar una operación.
- Contar con un medio de prueba en caso de cualquier conflicto entre las partes. Y así poder comprobar la relación contractual entre las personas que lo celebran.
- Tener la oportunidad de consultar en cualquier momento el documento donde se especifican los productos o servicios que se contrataron. La forma en que se venderían o entregarían los productos y cómo realizarían los servicios.
- Establecer métodos de solución de controversias, penalidades por incumplimientos o cualquier eventualidad.
El punto 2 anterior es uno de los más importantes. Es la mejor forma de comprobar ante un juez que existe una relación comercial entre dos o más personas. No subestimemos el viejo dicho de «papelito habla».
Razones para hacer un contrato, y no dejarlo en solo palabras
En los actos que se pueden realizar de forma verbal, cae en nuestra responsabilidad y memoria que el mismo se ejecute correctamente y se cumplan las obligaciones pactadas.
Por otro lado, en los contratos de transmisión de propiedad de bienes inmuebles como compraventas o donaciones, es requisito indispensable contar con el acuerdo por escrito. En todos los casos, debes procurar firmar el contrato correcto que se adecue a la operación que vas a realizar.
Pensemos en una empresa que tiene cientos de ventas, compras y demás operaciones con clientes y proveedores. Con cada uno tiene acuerdos y arreglos especiales y distintos dependiendo de las políticas, antigüedad, confianza, relación comercial, etcétera. Resultaría ineficiente y hasta complicado saber los acuerdos adoptados en específico para cada contraparte. Esto no sucedería si se hubiera realizado los acuerdos por escrito.
Para terminar un contrato, también puedes celebrar otro; por ejemplo un convenio de terminación y finiquito. Así no habrá confusión sobre el momento en el que sigas obligado a realizar algo derivado del primer contrato.
La redacción de los contratos es importante pero más lo es que las partes si comprendan y se aseguren de cada disposición y cláusula. Así la ejecución del contrato se dará de forma pacífica y mantendrán una relación estable. No olvides estas razones para hacer un contrato y crea los tuyos cada que sea necesario.